Revista de Historia, Patrimonio, Arqueología y Antropología Americana  
http://rehpa.net/ojs/index.php/rehpa  
Año 2021, No. 4, Enero (87-99)  
ISSN: 2697-3553  
https://doi.org/10.5281/zenodo.4515113  
Los estudios de lítica tallada en Durango, México  
Flaked lithics studies in Durango, Mexico  
Marco Antonio Méndez Bobadilla1  
1Investigador Independiente (m.mendeb@gmail.com)  
ORCID 0000-0001-8677-0732  
Recibido: 25 noviembre 2020; Aceptado: 22 diciembre 2020; Publicado: 2 enero 2021  
Resumen  
En el estado de Durango, los estudios arqueológicos se han basado principalmente en la cerámica y en el  
positivismo de Binford, generando así ciertos vacíos de conocimiento en donde la lítica suele predominar. En  
este artículo se van a mencionar los trabajos hasta ahora que se han hecho sobre este material arqueológico, así  
como las diferentes posturas que los investigadores han tomado sobre ella y cómo es que incluso en estos pocos  
estudios el predominante fundamento colonialista suele estar más que presente, afectando no solamente a  
cómo entender los procesos arqueológicos en Durango, sino también a las interpretaciones y lecturas de los  
contextos. Finalmente, se va a proponer un nuevo camino para los estudios de lítica a largo plazo, dejando a un  
lado el tradicional discurso mesoamericanista y “científico” que suelen ser afectar más que ayudar para el estudio  
arqueológico, antropológico e histórico en el Estado.  
Palabras clave: Lítica tallada, Durango, decolonialismo, sociedades sedentarias, sociedades cazadoras-  
recolectoras.  
Abstract  
In the state of Durango, archaeological studies have been based mainly on ceramics and Binford's positivism, thus  
generating certain gaps in knowledge where lithic tends to predominate. In this article, we are going to mention  
the work that has been done so far on this archaeological material, as well as the different positions that  
researchers have taken on it and how it is that even in these few studies the predominant colonialist foundation  
is usually more than present, affecting not only how to understand the archaeological processes in Durango, but  
also the interpretations and readings of the contexts. Finally, a new path will be proposed for long-term lithic  
studies, leaving aside the traditional Mesoamericanist and "scientific" discourse that tends to affect rather than  
help the archaeological, anthropological and historical study in the State.  
Keywords: Flaked lithics, Durango, decolonialism, sedentary societies, hunter-gatherer societies.  
INTRODUCCIÓN  
Las herramientas de roca han sido consideradas como obras de arte y las llaves para entender el pasado.  
Concretamente, la lítica tallada es aquella trabajada a partir de percusión o presión, fracturando la roca para  
hacer un artefacto que de adapte a las necesidades del artesano (Whittaker, 2004). Desde que los estudios  
profesionales se formalizaron en el estado de Durango, los investigadores presentaron más interés por sitios de  
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carácter monumental y materiales como la cerámica, basando sus interpretaciones y explicaciones sobre las  
antiguas dinámicas culturales de la región por ellas. Es por ello, que los estudios relacionados a la lítica pasaron  
a estar en segundo plano y ha habido pocas investigaciones sobre este importante material.  
La lítica suele ser un artefacto muy adecuado, ya que se preservan bien, son indispensables para las estrategias  
de subsistencia humana y nos permite acercarnos a la disponibilidad de las materias primas (Franco & Borrero,  
1999). Hoy en día, las clasificaciones tipológicas suelen ser las que más voz toman, ya que establecen probables  
funciones de los artefactos y con ello se puede inferir el uso de algún determinado espacio (Valdovinos, 2009),  
sin embargo, los diversos enfoques sean de cadenas operativas (Berrojalbiz, 2009), o inclusive de la evolución  
filogenética de los artefactos (Muscio, 2009 & 2011), pueden ayudar a construir una narrativa coherente,  
importante e innovadora para el entendimiento de esta.  
Por ende, en este artículo, se presentarán los trabajos a manera general que se han hecho hasta el momento  
sobre la lítica tallada, no considerando a la pulida debido a la ausencia de trabajos profesionales sobre ella,  
teniendo así el nulo interés por parte de los investigadores que han pisado suelo duranguense. Posteriormente,  
se propondrán diversas premisas para continuar generando interés sobre este material y qué otras alternativas  
se pueden tomar para el análisis e investigación de ella, partiendo desde enfoques propiamente utilizados para  
los estudios de lítica, así como, una propuesta teórica general sobre cómo es que se están estudiando las  
manifestaciones culturales en el estado y que otras alternativas hay.  
El estado de Durango  
El estado en donde se enfocará este trabajo, tomar por el nombre de Durango, está localizado hacia al noroeste  
de la república mexicana a la altura del trópico de cáncer (figura 1). Sus coordenadas geográficas corresponden  
con la siguientes: al norte 26⁰ 53' 13'' y al sur 22⁰ 16' 53'' de latitud N; mientras que para el este 102⁰ 27' 55'' y  
al oeste 107⁰ 16' 03'' de longitud O (Márquez, 2017, p. 19).  
Figura 1. Estado de Durango.  
Fuente. Méndez (2019, p. 7).  
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Durango se encuentra en una posición favorable, porque colinda con estados como Chihuahua, Coahuila, Sinaloa,  
Nayarit y Zacatecas, teniendo acceso a una serie de recursos naturales. Asimismo, el estado duranguense es  
hogar de muchos otros recursos geológicos, hidrológicos y edafológicos, por ejemplo la variedad de ecosistemas  
en la parte oeste y este, en donde está por un lado la Sierra Madre Occidental, mientras que por el otro, la zona  
árida del Bolsón de Mapimí, sin destacar los otros numerosos valles y lomeríos hallados.  
Los principios de la arqueología en Durango  
La arqueología en Durango ha sido producto de un constante saqueo regulado por anticuarios o no profesionales  
que se han interesado en conocer más sobre el pasado prehispánico de la región, sin embargo, su  
descontextualización y falta de conocimientos sobre el registro y análisis de materiales han propiciado una  
práctica que, de cierta manera, afecta al gremio y a lo que llaman patrimonio.  
Hasta el año de 1934 es cuando se hace por primera vez un trabajo profesional, es decir, el de Pablo Martínez  
del Río, quien fotografió unas manifestaciones gráfico-rupestres del noreste del estado, siendo pionero en este  
campo de investigación (Herrera, 2015). Durante esa misma década, arribaron otras dos figuras importantes;  
Donald Brand y Alden J. Mason. Estos norteamericanos estaban en busca del horizonte Folsom en Durango, sin  
embargo, se encontraron con otros vestigios culturales.  
Donald Brand (1939) hizo sus estudios en el noroeste del estado, estudiando al área del Zape, mientras que Alden  
J. Mason (1937) se centró en territorio de la capital, concretamente en el ahora conocido Valle de Guadiana.  
Mason tiene un lugar importante para la arqueología duranguense, porque fue el primero en acuñar el término  
de “Cultura Chalchihuites” a las manifestaciones estudiadas por él. En pocas palabras, esta cultura para él fue  
aquella encontrada desde el norte de Durango hasta el valle de Malpaso en Zacatecas. Para ambos eruditos, esos  
territorios fueron producto de una supuesta expansión tolteca-tarasca, que vino desde las tierras bajas del  
pacífico cruzando la Sierra Madre Occidental (Brand, 1939; Cabrero, 1986). Sin embargo, gracias a investigaciones  
posteriores, su hipótesis ha sido discutida y se han propuesto nuevas teorías.  
Años después de los primeros trabajos anteriormente mencionados, Daniel Rubín de la Borbolla atiende una  
denuncia por el profesor Everardo Gámiz, quién le mostró a este académico unas momias de infantes, que  
pertenecían a entierros funerarios indígenas en una cueva llama del Pitahayo, localizada en el municipio del  
Mezquital (Palacios, 2015; Rubín de la Borbolla, 1946). No obstante, estos trabajos no tuvieron gran impacto  
para la sociedad debido a que fueron denuncias o investigaciones de poca duración. Años después es cuando se  
prolongan los proyectos propuestos por los arqueólogos.  
Los proyectos de larga duración  
Para los años de 1950, llega a Durango quizá el investigador con más renombre para la arqueología del norte de  
México; Charles Kelley. Este arqueólogo, quien estaba en busca de las Culturas del Desierto, plantea un solo  
proyecto llamado North-Central Frontier of Mesoamérica que tuvo como actividades principales las excavaciones  
del sitio más importante hasta ahora y más estudiado por la academia: la Ferrería. A través de sus diversas  
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temporadas de campo, Kelley estableció una cronología tentativa a<